De los fundamentos: La Creación

 

“Este trabajo, que se puede considerar
como una antropología del arte contemporáneo,
es una invitación al pensamiento libre,
un incentivo a las actitudes creadoras,
una convocatoria a la comunicación sincera,
un estímulo a la calidad de la vida humana”
J. Gordillo


 

En este texto, intentaré un primer acercamiento a lo que he llamado “educación creadora” y que es una de las directrices de la Educación Libre. No es un ejercicio sencillo definir y dar forma a los lineamientos de una propuesta diferente en lo educativo. Por supuesto que no estoy descubriendo el hilo negro. Simplemente, son posicionamientos distintos frente a las mismas circunstancias o conceptos. No se trata de ofrecer aquí una nueva definición de términos como “creatividad”, “pensamiento creador”, “expresión creativa” o “expresión creadora”. Mi pretensión es únicamente hacerlos partícipes del proceso de emergencia, de mi cabeza al papel, de los lineamientos sobre los que he venido caminando desde hace un cuarto de siglo en el ejercicio de la docencia y que considero son la base de una práctica inclusiva eficiente, armonizadora y con alcances muy positivos para todos los involucrados.

Hace muchos años, al término de mi primera carrera profesional, elaboré una tesis llamada: “La expresión creadora en la práctica docente”. Obviamente, como primer capítulo, se integró el apartado relacionado con la descripción del concepto de creatividad. En aquel entonces, cuestionaba mucho lo que las personas solemos entender por “creatividad” y tenía el firme convencimiento de que estábamos todos equivocados. Pretendía, a través de mi documento, mostrar al mundo la enorme diferencia entre ser creativo y ser creador, entre hacer manualidades y desarrollar la expresión creadora; quería convencerlos a todos de que, al elegir la ropa por la mañana, al preparar la comida del día, al resolver alguna dificultad cotidiana, se están efectuando actos creativos.

No creo haber estado equivocada en cuanto a la esencia de mi pensamiento, sin embargo, mi posición al respecto actualmente es muy distinta. Los años de ejercicio de docente, de acompañamiento a otros profesionales de la educación y a padres y madres de familia, así como el estudio de una segunda carrera, han ido dejando su huella en la conceptualización de este asunto de la educación creadora.

En la actualidad, comprendo que el ejercicio de la creatividad es inherente a todos los seres humanos; considero que es prácticamente imposible que una persona se desarrolle en su vida sin ejercer esta capacidad como una constante símil, además, de la capacidad de sobrevivencia regida por zonas del cerebro que son de acción-reacción involuntarias, movidas por una sabiduría ancestral depositada en los mecanismos de la homeostasis que se refiere al equilibrio que pretenden lograr los organismos vivos con su entorno a través de un intercambio que en las especies va evolucionando hasta constituirse en toda una gama de instintos (junto a conductas que tienen su origen en la salvaguarda de la vida) y en la constitución de la psique humana también ha evolucionado permitiéndole al hombre ser capaz de regular muchos de estos intercambios e instintos, lo cual establece una diferencia fundamental entre el comportamiento animal y el humano y está íntimamente relacionado con la forma o la dirección en que este último ha evolucionado en los últimos miles de años: mucho más hacia lo intelectual que hacia lo fisiológico.

¿O acaso no es un monumento al ejercicio de la creatividad las soluciones que ha encontrado el cerebro humano para adaptarse durante milenios? ¿No es inseparable del hombre su potencial creativo?

Me parece que lo que existe es una profunda confusión entre los procesos creativos, el arte y lo que vengo a desarrollar aquí que es la educación creadora. No pienso, por ahora, profundizar en los dos primeros conceptos, sino ahondar en el tercero, pues es el motivo de este texto.

La educación creadora no depende de lo expuesto anteriormente sobre la creatividad, ni mucho menos con lo que entendemos como arte en su sentido tanto estético como social. La educación creadora que fundamenta mi propuesta de la Educación Libre tiene que ver con la autoconstitución de la persona, con la conformación de la identidad y con la posibilidad de realizar intercambios con el mundo, el universo, el ambiente al cual se pertenece; intercambios que permitan transitar, fluir, habitar el ciclo que se establece en el contexto natural y social por el simple de hecho de existir, un ciclo de “tomar y dar” que se extiende durante toda la vida de cualquier persona.

Claro que siempre tenemos la posibilidad de insertarnos en el ambiente para liberar la angustia que tanto Erich Fromm como José Gordillo plantean en cuanto a la soledad de la existencia humana, aquella separatidad que ambos autores describen tan excelsamente en sus obras. El ser humano, a través del desarrollo filogenético de su raciocinio, de su intelecto, se ha visto abruptamente arrancado del ciclo natural de la existencia; analizando su presencia en el mundo se escindió de éste y convirtió su paso por la Tierra en una constante búsqueda de pertenencia.

Esta posibilidad de insertarnos se traduce en un sinfín de intentos por librar la separatidad, por pertenecer: los grafitis, los dibujos en los baños públicos, el consumismo, las adicciones, todas las redes sociales donde se recibe y se comparte información…

Como parte del ejercicio de la educación creadora, se posibilitan otros caminos para el intercambio con el mundo. Este intercambio tiene sentido y dota de pertenencia al individuo en la medida en que es construido desde adentro, a partir de referentes propios, elaborado de nuestra sustancia y esencia más íntimas. Y es aquí donde comienzan los problemas. Son pocos los seres humanos afortunados que logran conformar este potencial interno, este sí mismo, este universo interior habitado, colmado de intenciones, de gustos, de disgustos, de emoción y pensamiento, de experiencias, de anhelos y de todos los “yoes” que se han propuesto y se propondrán en el camino de la psicología. Parece más común encontrar personas mutiladas, que perdieron, abandonaron, ignoraron, cedieron o negaron partes de sí mismos para pertenecer. Un intercambio, es cierto, pero equivocado, doloroso y con un altísimo costo.

La educación creadora es una manera de posicionarse frente al otro en el acto pedagógico para permitirle emerger tal cual es, mostrarse tal cual es, decir “Aquí estoy y esto es lo que soy”. En el proceso de intercambio se confirma lo propio, se construye la afirmación de la identidad, se consolida la experiencia de ser quien se es. Y entonces los intercambios se nutren, pues una vez que se afianza lo constituyente de uno mismo, se tiene más material para construir lo que se da. Claro que en este camino de la educación creadora se genera un vínculo inicial con medios y materiales que se conviertan en el pretexto perfecto para comenzar el diálogo, la interacción sincera, honesta y directa entre los participantes del proceso.

El adulto, en el universo de la educación creadora se convierte en un facilitador que ha salido avante de su propio proceso de construcción o, muchas veces, de reconstrucción. Ser proveedor de ambientes para este tipo de abordaje implica un compromiso muy grande con los otros, con uno mismo y con la posibilidad de hacer la vida un poco más bella. La educación creadora es el vehículo hacia una mejor manera de existir.

Comentarios

  1. Los planteamientos invitan a reconocer la necesidad del hombre a reconducirse junto a los menores e instituciones no sólo educativas, sino en todos los ámbitos posibles, porque ahí están las múltiples posibilidades de solución a problemas cognitiva S, de salud mental. Orientan y canalizan el deseo y necesidad de los menores, adolescentes y jóvenes a expresarse, a relajarse a integrarse, muy relevante tocar la vida con colores, formas, creatividad y un hilo conductor para mejorar la existencia humana.
    Gracias.

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  2. Muchas gracias por tu comentario.
    Estamos viviendo una época de fuertes transformaciones en todos los ámbitos de la vida del ser humano. A veces pienso que hombres y mujeres de todas las épocas de la historia han pensado o sentido lo mismo. En el ámbito educativo es fundamental abrir los espacios para la discusión y el replanteamiento tanto de los fines de la educación institucional como de la forma en que se transita por la vida escolar.

    Te invito a participar en nuestros lunes de conversación (17:30 horas) por nuestra página de Facebook. También te puedes unir directamente con el Zoom ID: 84542765857.

    Saludos :)

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